Diseño de producto
Tres son las afirmaciones que hacen las veces de hilo conductor en este texto. La primera, ratifica que más importante que la generación de productos, el diseño realmente debe producir significados que estén orientados a mejorar la calidad de vida y facilitar la interacción entre las personas. Esta consideración deriva en segundo lugar en que los significados que surgen de aquí resultan ser las bases estructurales del sentido común y de un sentir común que le reclama al diseño convertirse en un derecho generalizado, una esfera democrática, o si se quiere, una episteme puesta al servicio de la eficiencia, el confort y el intercambio simbólico y comunicativo entre diferentes culturas. Por último, esto nos lleva a pensar que el caldo de cultivo del diseño es la comunidad y no una estrecha franja de público que ha convertido al diseño en un instrumento diferenciador de clase y una vitrina de la distinción social.